I first preached this sermon in Spanish; the English translation is below.
Oremos… Que las palabras de mi boca y las meditaciones de nuestros corazones sean gratas ante ti, Señor, fortaleza y redentor nuestro. Amén.
Desde la muerte del Papa Francisco el Lunes Santo, he estado escuchando algunas de las muchas historias que se cuentan sobre el Santo Padre. En su sermón del Jueves Santo, Kimberly compartió cómo el Papa Francisco cambió la práctica de lavar los pies de los líderes papales y, en su lugar, lavó los pies de los presos. Escuché otra historia sobre cómo el Papa, al visitar una basílica en la Ciudad de México donde se había aparecido la Virgen María, le llevó rosas amarillas; tras su muerte, colgaron una imagen suya en la basílica y colocaron rosas amarillas allí en su memoria. Y luego, fue enterrado en la iglesia romana dedicada a María, donde solía orar, en lugar de en las criptas Vaticanas, donde están enterrados la mayoría de los papas.
Estas historias de la vida, la fe y el ministerio de un hombre me recuerdan cómo todos compartimos nuestra fe a través de historias, mediante el testimonio que damos de cómo Dios ha actuado en nuestras propias vidas.
Tanto nuestro evangelio de esta mañana como la lectura de los Hechos narran las historias de algunos discípulos o seguidores de Jesús después de la crucifixión.
La historia de Juan tiene lugar
aproximadamente en la primera semana después de la resurrección. El nos cuenta
algunos detalles, pero deja mucho a nuestra imaginación. Sabemos que los
discípulos tenían miedo y cerraron las puertas de la casa para evitar la
entrada de visitantes indeseados. No sabemos cómo pasaban el tiempo.
Seguramente comieron juntos. Tal vez contaron historias, recordando el
ministerio que compartieron con Jesús. Sabemos que algunos lo habían visto
desde la resurrección; tal vez otros se preguntaban si también regresaría con
ellos.
Juan dice que se regocijaron cuando Jesús se les apareció, completamente vivo y encarnado, y nos cuenta que Jesús les repite las palabras “La paz sea con ustedes” tres veces entre este encuentro y el siguiente, cuando Tomás está con todos.
Ese mensaje de la paz de Dios es uno que seguimos compartiendo hoy. A veces, en el servicio, se siente más como un saludo sagrado, pero en esta historia, y cuando ofrecemos la paz de Dios en oración por alguien, es una bendición. Es una forma de decirles a los discípulos que no están solos, sino que tienen la presencia de Dios con ellos y que todo estará bien.
Las otras palabras que escuchamos provienen del propio Juan, quien escribe: “Jesús hizo muchas otras cosas en presencia de sus discípulos… pero estas están escritas para que crean que Jesús es el Mesías…”
Gone is the fear they experienced in the days right after the resurrection. They have defied the leaders who tried to silence them. Empowered by God’s Holy Spirit, and emboldened by their experience of the Risen Christ, the disciples’ speech demonstrates the strength of their convictions.
El objetivo de Juan es claro: contar la historia de Jesús y sus discípulos para que creamos, para que sepamos, que Jesús es el Mesías. Contar la historia de la acción de Dios en el mundo por nosotros, para que podamos reconocer el poder transformador del amor de Dios por todos nosotros.
Al describir los acontecimientos después de la ascensión de Jesús y después de la entrega del Espíritu Santo en Pentecostés, que celebraremos en junio, el libro de los Hechos cuentan otra historia sobre el poder transformador de la fe.
En la lectura de hoy, Pedro, Juan y los demás apóstoles hablan con
algunos de los líderes más poderosos de Jerusalén.
El miedo que sintieron en los días después de la resurrección ha desaparecido. Han desafiado a los líderes que intentaron silenciarlos. Fortalecidos por el Espíritu Santo de Dios y alentados por su experiencia con el Cristo resucitado, el discurso de los discípulos demuestra la fuerza de sus convicciones.
Pedro es uno de los apóstoles de este grupo. Se ha convertido en el líder de la iglesia que Jesús declaró que sería. Pero nadie diría que lo hizo a la perfección.
La noche del arresto de Jesús, Pedro actuó impulsivamente, le cortó la oreja a un sirviente y luego negó a Jesús tres veces. Pero ahora, está con los demás, transformado por la acción salvadora de Dios para todos ellos, y les dicen a los líderes: "Nosotros somos testigos de estas cosas, y también lo es el Espíritu Santo…".
Tenemos estas historias para que podamos creer y ser transformados.
Al escuchar sus historias, pienso en las historias que cuento sobre
cómo Dios se ha manifestado en mi vida:
cómo volví a la Iglesia y a la fe en la universidad;
cómo nuestros vecinos nos apoyaron cuando estuve muy enferma a los veintiséis años; cómo respondí al llamado de Dios a ser pastor; cómo serví como capellán de hospital durante la pandemia.
La acción de Dios hace posible cada historia, pero las personas que me acompañaron en estos momentos de la vida también son partes importantes de la historia. Son personas que me mostraron el amor de Dios en acción y me dieron un ejemplo de cómo es la fe y por qué hace diferencia en sus vidas. Mis historias no estarían completas sin ellos.
Al continuar esta Pascua, me pregunto qué historias tienen sobre la acción transformadora de Dios en nuestras vidas. Me pregunto quién más forma parte de esas historias. Y me pregunto de qué historias podemos formar parte también.
Oremos…
Dios bueno y misericordioso,
Gracias por darnos a tu Hijo Jesús y por darnos los unos a los otros.
Muéstranos las formas en que Tu estas activo en nuestras vidas.
Ayúdanos a contar las historias de tu amor transformador por nosotros y
a ser testigos de todo lo que eres y de tu abundante amor por nosotros.
Oramos en el nombre de Jesús.
Amén.
Jesus did many other things in the presence of his disciples, …but these are written so that you may come to believe that Jesus is the Messiah....”
how I returned to the Church and faith in college;
how our neighbors showed up for us when I was very sick when I was 26 years old;
how I answered God’s call to be a pastor;
how I served as a hospital chaplain during the pandemic.
Good and gracious God,
Thank you for giving us your Son Jesus and for giving us each other.
Show us the ways You are active in our lives.
Help us tell the stories of Your transforming love for us and be witnesses to all You are and to your abundant love for us.
We pray in Jesus’ name.
Amen.
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